Vampirella es un gran icono en el mundo del cómic estadounidense. Como su propio nombre indica, es una vampira, y como tal posee un gran atractivo sexual que se implementa gracias al bikini rojo y las botas altas que componen su indumentaria. Sus historietas, aparecidas en 1968 y que llegan, con algunos lapsos importantes, hasta hoy día, han sido leídas por cientos de miles de personas, tal vez millones.
Sin embargo, Vampirella no deja de ser (al menos en sus primeras apariciones) un cacho de carne. El guión, ridículo hasta el punto de dar auténtica vergüenza, no tiene mayor interés de enseñarnos un cuerpo bonito y desnudo (tan desnudo como se podía mostrar un cuerpo en aquellos años).
Aquí os dejo las dos primeras páginas:
Obviamente, al lector le daba igual que Vampirella fuera de un planeta ridículo llamado Drakulón, que en lugar de agua aquel planeta tuviera ríos y mares de sangre, y que sus habitantes fuesen vampiros por alguna “extraña evolución de la naturaleza”. El guión hace que los tebeos Superman de los años 30 parezcan sesudos textos científicos. Imagino que la mayoría de los lectores ni siquiera se fijarían en que había textos, o simplemente los maldecirían porque tapaban el dibujo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario