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lunes, 24 de agosto de 2009

LOS PRIMEROS SUPERHOMBRES (Y LA PRIMERA SUPERMUJER)

¡Los aficionados a los superhéroes están de enhorabuena! La editorial estadounidense Fantagraphics ha publicado este mismo año un divertido libro llamado Supermen! The First Wave of Comic Book Heroes (1936-1941), dedicado a los primeros heroes que aparecieron en las páginas de los comic books y que tenían habilidades especiales o, en su defecto, llevaban una máscara tras la que se escondían.

El libro, que es más grande que una guía telefónica (al menos gaditana) se centra en una veintena de héroes y una heroína poco conocidos pero que en su día fueron famosos o, en su defecto, fueron dibujados por artistas que hoy son auténticas leyendas del dibujo. Todo el material proviene del fondo editorial de empresas ya desaparecidas, lo que permite que el precio sea más que razonable: 24.99 dólares.


El libro, comparado con una guía telefónica.


¿Qué podemos encontrarnos? Los primeros trabajos de Jerry Siegel y Joe Shuster (padres de Superman), los maestros del pincel Will Eisner y Lou Fine dibujando a The Flame (que posteriormente inspiraría a la Antorcha Humana de Marvel Comics, Bill Everett (creador de Namor the Submariner), Jack Kirby, Joe Simon (padre junto a Kirby de Captain America, Kid Commandos y otros muchos éxitos de los años 40), Jack Cole (quien creara al genial y hermosamente dibujado Plastic Man) o Basil Wolverton (que década y media después triunfaría en la revista de humor MAD).

¿Vale la pena comprar el libro? Las historias muchas veces son tontorronas, en ocasiones toscamente dibujadas para nuestros cánones, pero se ve el deseo de aquellos jóvenes autores de crear algo nuevo, de emular a sus ídolos al pincel Alex Raymond, Hal Foster, Milton Caniff o al guionista Lee Falk.


Interior del libro.


Al final del libro, el editor Greg Sadowski da una lección magistral de historia del cómic comentando detalles curiosos sobre los personajes, los autores o las editoriales de la época. Parece mentira que se hicieran pequeñas fortunas con una inversión inicial de 15 dólares, o que los editores de Superman se sintiesen avergonzados del colorido personaje y no quisiesen darle demasiado protagonismo ni publicidad durante sus primeros meses de existencia.

Resulta un libro divertido, para leer poco a poco, disfrutar de la imaginación de hombres que murieron hace ya muchos años y revivir las historias que hicieron soñar a una generación que había crecido bajo la sombra gris de la Gran Depresión y a la que amenazaba la aún más negra sombra de la guerra en Europa y el Pacífico.


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