En los primeros años 90 era habitual que las grandes editoriales hiciesen cambios monumentales en sus series y personajes estrella, aunque sólo fuese para llamar la atención del público potencial y conseguir unos cuantos lectores más. Superman murió (aunque hoy está vivito y coleando), a Batman le rompieron la columna vertebral (y ahí lo tenemos, dando saltos como si nada), Spider-Man resultó ser un clon (aunque ahora nadie quiera reconocer que esa historieta ocurrió)… todo debía cambiar aunque, al final, nada cambiara.
De un tiempo a esta parte, sin embargo, parece que las editoriales se hubiesen dado cuenta de que los lectores más veteranos no quieren asombrosas piruetas, ni alocados argumentos, simplemente buenos guionistas contando aventuras divertidas.
Unos meses atrás, Marvel Comics dio un cheque en blanco a Chris Claremont para que siguiese contando las historietas de los X-Men justo donde las dejó en 1991, con unos resultados más que aceptables. Ahora, Larry Hama retoma las aventuras de los G.I. Joe justito donde lo dejó. Jim Shooter relanza a Magnus y a Solar, Man of Atom después de llevarse casi veinte años alejado de dichos personajes.
Si al igual que Claremont dichos autores logran mantener el nivel (y creo que lo lograrán), tal vez las editoriales empiecen a aceptar lo que de hecho ya sabíamos todos: que no son los grandes giros argumentales, sino los autores (o los directores de cine cuando trasvasan las historietas a la gran pantalla) los que venden tebeos a la larga.
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