El mundo de la historieta es demasiado grande como para conocerlo todo. Muchos países, muchos géneros y muchos años de publicación nos obligan a pasar por alto pequeñas obras maestras que, sin ser revolucionarias ni famosas, demuestran el buen hacer de los artistas.
“Herencia de odio” fue una historia publicada en el Annual (un cómic más grande de lo habitual, que usualmente contenía una historia autoconclusiva) que se dedicó en 1994 al Capitán América. La historia estaba escrita por el veterano Roy Thomas, que demostraría su increíble habilidad y su amor a las historias clásicas en este cómic, y el apartado gráfico corría a cargo de Arvell Malcolm Jones, otro artista veterano aunque con un estilo de dibujo que, al menos en esta ocasión, descuadraba un poco.
La trama empieza como cualquier otro cómic de superhéroes. El malvado supervillano nazi Cráneo Rojo está robando una caja fuerte, cuando de repente irrumpe el Capitán América, dispuesto a detenerle. Tras una lucha despiadada, el villano huye dejando atrás a todos sus secuaces y se deja llevar por sus recuerdos.
Cráneo Rojo recuerda los últimos días del Tercer Reich, cuando Hitler en persona le pidió que guardase algo muy importante para él. En aquel momento, Berlín estaba a punto de caer, y el Capitán América, El Patriota y El Espíritu del ’76 ayudaban al superhéroes comunista Guardián Rojo a limpiar la capital alemana de enemigos. Un clarísimo homenaje de Thomas a los personajes que él mismo creara más de dos décadas atrás, y que le permitió volver a contar una divertida historia de
Cráneo Rojo deja atrás sus recuerdos y se centra en lo que ha robado: un libro, el diario de Guardián Rojo, cuya lectura espera que le conduzca a recuperar la caja que tan importante era para Hitler.
A través de los recuerdos del superhéroe soviético descubrimos cómo Stalin lanza varios soldados con superpoderes contra EE UU, sólo para ser vencidos por un nuevo Capitán América. En esta ocasión, el homenaje se refiere a los cómics del héroe abanderado de los años 50 y a la reaparición que hizo en los años 70.
La parte final del a historia nos lleva a ver cómo Cráneo Rojo llega al lugar donde estás escondida la caja. Espera encontrar planos de algún arma secreta que no dio tiempo a ser desarrollada, pero no le da tiempo de descubrir la verdad, por el Capitán América reaparece en el último momento. Tras una lucha a muerte, Cráneo Rojo cae al vacío y la caja se abre, soltando su contenido: las primeras pinturas de Hitler, algunos de sus primeros manuscritos, fotografías de su juventud... sus más preciadas posesiones, sus recuerdos del pasado.
La historieta termina con el Cráneo Rojo, que ha sido quien nos ha estado narrando los hechos, recordándonos que, a pesar de haber caído hacia una muerte casi segura... ¿cómo podría estar contándonos la historia si realmente hubiese muerto? Un divertido guiño al lector que concluye un divertido guiño a cinco décadas de historia del Capitán América. Un cómic que nadie recuerda, pero que se disfruta de la primera a la última página.
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