Tras la primera entrega de Largo Wynch, El heredero, el equipo formado por el guionista Van Hamme y el dibujante Francq volvieron a la carga con una segunda entrega: El grupo W.
Si la primera aventura se convirtió automáticamente en un clásico por la habilidad a los lápices de Francq y el ritmo trepidante de Van Hamme, esta segunda entrega supera a su predecesora con creces. Y es que el guionista mantiene el buen ritmo, pero al mismo tiempo intercala las escenas actuales con secuencias del pasado de Largo Wynch, flashbacks que nos permiten comprender mejor al personaje y su espíritu rebelde.
A lo largo de la trama descubriremos quién mató al padre adoptivo de Largo, nos sorprenderemos con la habilidad con que Van Hamme maneja términos económicos, de tal modo que construye un relato de acción y un imperio empresarial totalmente creíbles sobre las viñetas. Y todo ello acompañado por unos dibujos que siguen siendo sorprendentes, espectaculares, un auténtico placer para la vista.
Juntas, El heredero y El grupo W forman un todo sólido, fácil de leer, agradable de ojear y muy entretenido. Una lectura imprescindible para quienes gusten de disfrutar con un buen cómic.
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