Jean Van Hamme ha sido uno de los grandes maestros de la historieta francesa (el BD) del último cuarto del siglo XX. Entre sus personajes se encuentran Thorgal y XIII, dos obras maestras indiscutibles que los aficionados al buen cómic no deberían perderse bajo ninguna circunstancia. Pero además de estas obras, Van Hamme tiene otros héroes e historias igualmente recomendables, entretenidos y fascinantes.
Largo Wynch es uno de esos personajes. Creado originalmente como personaje novelesco, que apareció entre los últimos años 70 y mediados de los 80, sería adaptado a las viñetas por Philippe Francq y el propio Van Hamme, obteniendo un éxito más que merecido.
A diferencia de las aventuras fantástico-históricas de Thorgal y las tramas de espionaje de XIII, las aventuras de Largo Wynch se podrían considerar como thrillers empresariales en los que el autor da rienda suelta a sus conocimientos empresariales y bursátiles, adquiridos durante sus años como periodista y empleado de marketing.
A diferencia de las aventuras fantástico-históricas de Thorgal y las tramas de espionaje de XIII, las aventuras de Largo Wynch se podrían considerar como thrillers empresariales en los que el autor da rienda suelta a sus conocimientos empresariales y bursátiles, adquiridos durante sus años como periodista y empleado de marketing.
El primer número, El heredero, tiene todos los elementos que una buena película necesita: personajes atractivos y valientes, un misterio, acción y un villano. Conocemos así a Nerio Wynch, uno de los hombres más poderosos del planeta, poseedor de uno de los imperios empresariales más importantes del planeta, dispuesto a destruir a todo aquel que se le ponga por delante, a derribar gobiernos e incluso aniquilar físicamente a sus competidores. Sin embargo, Wynch no ha podido evitar la muerte, y ha sido asesinado por uno de sus hombres de confianza, si bien el lector no sabe cuál de ellos.
Pero Nerio tenía un plan en la recámara: había adoptado a un joven para que fuera su sucesor, sólo que lo había mantenido al margen del mundo para evitar que tuviera malas influencias (parece que Nerio imaginó lo que le pasaría a Paris Hilton).
La primera aventura plantea los tropiezos y enredos que el joven Largo debe vivir, sin saber siquiera que su padre adoptivo a muerto, para ser proclamado heredero. En esta primera entrega la trama empresarial tiene muy poco peso, y la aventura se parece más a una película de James Bond (aunque sin tecnología avanzada).
La historieta es totalmente recomendable, puesto que su buen ritmo y su inteligente desarrollo harán las delicias de cualquier aficionado al cómic. El dibujo de Francq, realista y muy bien coloreado, no hace sino realzar una historieta ya de por sí soberbia.
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